El dificil arte de dejar ir a quien amas
Lo que he escrito tiene mucho tiempo y quise rescatarlo para ustedes,pues mientras yo revisaba mis notas de hace algunos años me encontre con esto, si te sientes identificado con lo que voy a narrarte a continuacion dejame un comentario y dime que hiciste para soltar y volver a empezar de nuevo.
Imagenes Generadas con IA para fines ilustrativos.
Llegas a ese lugar mágico y maravilloso que te llena de una alegría indescriptible. Cada visita te deja una sonrisa de oreja a oreja y una satisfacción inmensa, no solo por el lugar, sino por la persona que ahí está. Sientes que todo encaja, que todo es perfecto. Sacias esa necesidad de estar cerca, de compartir momentos, y te marchas con el corazón liviano. Pero un día, te das cuenta de la verdad: todo ha sido una ilusión. Nada de lo que creías real lo era. Despiertas de un sueño que, lejos de reconfortarte, te lastima. Tienes que tomar tus cosas y marcharte sin mirar atrás. Quisieras que esa persona corriera detrás de ti, que te detuviera, que te diera una razón para quedarte. Pero no sucede. Y entonces comprendes que lo que viviste fue solo un espejismo, un deseo tuyo que nunca encontró eco en la realidad.
Empiezas a preguntarte si fue suficiente lo que diste, si realmente hiciste todo lo posible, si el error estuvo en ti o simplemente en el lugar equivocado donde depositaste tus sentimientos. Sigues adelante, a pesar del dolor, a pesar de la herida que no cierra. Muchas veces nos aferramos a aquello que nos lastima. Nos aferramos a la esperanza de que, en algún momento, todo cambiará, de que la situación será diferente y jugará a nuestro favor. Pero déjame decirte algo: en la mayoría de los casos, eso no sucede. Solo nos quedamos ahí, prolongando el dolor y las heridas, retrasando el momento de soltar.
Aprender a soltar no es fácil, pero es necesario. Es la única forma de empezar de nuevo y darnos la oportunidad de ser felices. Depende de ti, y de nadie más, alcanzar la felicidad y el éxito. Habrá personas que te digan “échale ganas” o “tú puedes”, pero sabemos que esas palabras, sin un verdadero acompañamiento, no bastan. Son solo aliento pasajero, cuando lo que realmente se necesita es acción y constancia. Quieres con todas tus fuerzas cambiar la situación, revertir lo que está pasando, pero no lo consigues. Y mientras sigas sosteniendo aquello que te lastima, seguirás hundiéndote en el mismo dolor. Pero escúchame bien: no tienes por qué vivir esto.
Si estás leyendo esto, tal vez ya no puedas más. Tal vez desearías una varita mágica que lo solucione todo. Quizás te atormentan preguntas como: ¿qué hice mal? ¿En qué fallé? ¿Cómo puedo arreglarlo? Pero mientras sigas aferrado a lo que te hiere, seguirás atrapado en el mismo círculo.
Es momento de soltar.
Sal, diviértete, busca nuevas experiencias. Rodéate de lo que te inspire y te haga crecer. Llena tu vida de palabras que te impulsen, de acciones que te fortalezcan. Levántate. No permitas que el pasado te siga reteniendo.
Las personas que te rodean pueden ser un apoyo, pero al final, quien tiene que dar el paso eres tú. Nadie lo hará por ti. El tiempo pasa y te atreves a comenzar de nuevo. Con cautela, con cicatrices, con el miedo latente de que la historia se repita. Porque ahora sabes que el dolor de perder a alguien que nunca fue tuyo puede ser igual de desgarrador que perder a alguien que sí lo fue. Y aun así, te permites ser feliz otra vez, aunque en el fondo, una parte de ti siempre tema que algún día tendrás que tomar tus cosas y marcharte de nuevo.